Siempre he creído en el poder de la espiritualidad para transformar nuestras vidas de una manera única y sabia. Estoy a favor de la fe y de todo aquello que hace bien al ser humano, todo aquello que lo hace crecer y en el poder de transformación de las personas a mejores personas.
Una persona que está en sintonía real con la espiritualidad actúa de acuerdo con lo que cree, a esto le añadimos la gratificación que sentimos cuando encontramos a otra persona que está en la misma sintonía que nosotros y nos damos cuenta ahí lo reconfortante que resulta esto.
Pero a día de hoy, la mayoría de las personas tienen dos vidas. Una la real y física y otra la inventada en internet a través de las redes. A través de las redes estas personas muestran sólo lo que quieren que vean las otras personas, la mayoría de las veces mostrando su vida y su ética como hermosa y espiritual.
Dicen hacer el bien, la paz, ser espirituales, ser buenos, dan lecciones de moral, pero después resulta que en la vida normal esto es bien diferente. Lo que vale en la vida realmente son nuestras actitudes y no las palabras y frases que se comparten para “aparentar ser alguien en las redes”.
Muchas personas predican una postura que no tienen, predican sobre el amor por encima de cualquier cosa, pero después son incapaces de ser gentiles con las personas que les rodean en el día a día, y también son incapaces de respetar al otro.
No es ético predicar el "peace and love" en las redes cuando en la vida real no respetamos a las personas.
En esta vida nadie es perfecto, todos estamos aquí para aprender muchas cosas, para enfrentar dificultades y aprender lecciones. Hay días que despertaremos de mal humor sí, y tendremos que permitirnos también estar de mal humor.
Eso es una cosa y ser hipócrita es otra muy distinta. Da ejemplo en la vida real de lo que compartes en las redes.
Una persona que está en sintonía real con la espiritualidad actúa de acuerdo con lo que cree, a esto le añadimos la gratificación que sentimos cuando encontramos a otra persona que está en la misma sintonía que nosotros y nos damos cuenta ahí lo reconfortante que resulta esto.
Pero a día de hoy, la mayoría de las personas tienen dos vidas. Una la real y física y otra la inventada en internet a través de las redes. A través de las redes estas personas muestran sólo lo que quieren que vean las otras personas, la mayoría de las veces mostrando su vida y su ética como hermosa y espiritual.
Dicen hacer el bien, la paz, ser espirituales, ser buenos, dan lecciones de moral, pero después resulta que en la vida normal esto es bien diferente. Lo que vale en la vida realmente son nuestras actitudes y no las palabras y frases que se comparten para “aparentar ser alguien en las redes”.
Muchas personas predican una postura que no tienen, predican sobre el amor por encima de cualquier cosa, pero después son incapaces de ser gentiles con las personas que les rodean en el día a día, y también son incapaces de respetar al otro.
No es ético predicar el "peace and love" en las redes cuando en la vida real no respetamos a las personas.
En esta vida nadie es perfecto, todos estamos aquí para aprender muchas cosas, para enfrentar dificultades y aprender lecciones. Hay días que despertaremos de mal humor sí, y tendremos que permitirnos también estar de mal humor.
Eso es una cosa y ser hipócrita es otra muy distinta. Da ejemplo en la vida real de lo que compartes en las redes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario